¿Qué nos enseñó las mil y una noches?

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Hace una semana concluyó el culebrón turco “Las mil y una noches” a través de Ecuavisa, y quise notar ciertos mensajes que, personalmente considero, emitía esta novela. Al mismo tiempo quería destacar aquellos elementos que me engancharon a esta producción y es por ahí que voy a empezar.

Los recursos narrativos de los que echaba mano la producción de “Las mil y una noches” no le pedían nada a una buena producción cinematográfica. Narraciones en paralelo muy bien trabajadas, como en aquel capítulo en que el protagonista se lo consideró muerto por un accidente aéreo. El uso de una diversidad de planos, con el primerísimo primer plano a labios y ojos en determinadas escenas fue memorable. La construcción de los personajes, perfectamente imperfectos y con interesantes evoluciones e involuciones dentro de la trama, los paisajes que hacían buena publicidad turística, y la incorporación de textos poéticos de la obra literaria que dio el nombre a la novela, son los elementos que puedo destacar y que me engancharon para seguirla a diario.

Hay que mencionar que el género televisivo de la telenovela nació en Latinoamérica y desde se expandió al mundo, y su principal función siempre fue (y será) la promoción de instituciones sociales tradicionales a través de la escenificación de conflictos cotidianos que inician en la pérdida de valores y concluyen en su reivindicación.

Así instituciones como el matrimonio, la religión y el capital siempre estarán presentes en las novelas recordándonos por qué el mundo es mejor con ellas que sin ellas. “Las mil y una noches” no se escapa de esto, pero si llamó mucho mi atención cómo ofreció cuantiosos escenarios en los que se ejerce la violencia machista y se la siente como tal, este tema fue, tal vez el eje narrativo de la novela. Escenarios como el maltrato físico, psicológico, patrimonial y cómo esto nos afecta como mujeres.

La producción puso en evidencia a la sociedad turca como altamente machista y patriarcal, aunque las mujeres tienen espacios de desenvolvimiento económico, profesional y social, están en clara desventaja con los hombres. Con este antecedente dejaré algunas expresiones con las que quiero resumir los mensajes de que nos ofreció la historia de Onur y Sherazade.

  • La comunicación hace un matrimonio duradero: El único matrimonio ejemplar en la novela fue el de Burhan y Nadide, una pareja que a pesar de la edad y los largos años de matrimonio conversaban y muchas de las decisiones se tomaban juntos, de hecho las decisiones unilaterales tuvieron sus consecuencias.
  • La consumo y ejercicio de la prostitución es inmoral pero todo el mundo lo hace: El conflicto inicial de la novela es el de una madre prostituyéndose para salvar la vida de su hijo, el resto de la trama se la pasa ocultando su vergüenza, pero Turquía es centro de explotación sexual por trata, se mostró también el consumo de prostitución para alta sociedad, entre otros tipos. Esto lleva al siguiente mensaje.
  • El origen de la prostitución es la miseria (económica y humana): Durante la trama fueron varias las mujeres que ejercieron, aunque sea por una vez, la prostitución y todas lo hicieron cuando cayeron en miseria económica y fue cuando entró en escena la miseria humana de sus consumidores que aprovecharon de esa situación.
  • La dependencia económica trae infelicidad, sobre todo si eres mujer: El personaje que representa este mensaje es Füsün, sin capacidad de decisión y sin economía propia disfrutaba de una vida acomodada que la hacía infeliz, no por inconformismo, sino porque no le permitía ningún tipo de desarrollo. Ella fue víctima de todo tipo de violencia y la evolución fue el de una mujer inicialmente empoderada.
  • Las mujeres queremos tomar decisiones: Onur es la personificación del macho alfa, eso no le impidió varios problemas con su pareja Sherazade por no tratarla como tal, como pareja, y no compartir las decisiones sobre la economía, el hogar y la vida en sí.
  • El cuerpo de la mujer es el territorio en disputa: Si bien esta frase bien puede sacarse de las consignas feministas, pero durante toda la novela ocurren situaciones en las que el cuerpo de la mujer, por ser mujer, está en juego sea como mercancía, como castigo, como trofeo. Uno de esos es cuando Miriban es secuestrada por una deuda de su hermano y es torturada, cuando Ali Kemal convence a su prima de intimar con él y termina casado con ella, cuando Selim intenta violar a Füsün y así de interminables sucesos que son muy similares a lo que a diario vive la mujer en el mundo.

 

Desconozco si todo el público reconoció esta basta descripción de la violencia machista, lo que también hay que indicar es que no la critica, sino que la muestra muy naturalizada, así que tampoco sé si los guionistas si quiera se lo propusieron. Invito entonces a que pongamos más atención a aquellos mensajes y seas más críticos porque por muy turca que sea la novela, a mi me recordó mucho a nuestra propia sociedad.

¿Te enseñó algo más a ti?

¿Perdón?

En medio de la sorpresiva confesión de amoríos entre ediles municipales que ha generado indignación pública por el contendido abiertamente machista del asunto, a mi me asalta una razón diferente por la cuál estar indignada, o al menos molesta: el perdón permitido por el Papa Francisco a las mujeres que han abortado y a las personas que lo provocaron si están sinceramente arrepentidos, porque el perdón no se le niega a nadie.

¿Perdón? No niego que habrá centenares, sino miles (de millones) de católicos y católicas que sentirán esa necesidad de absolución y encontrarán en aquella noticia un alivio, pero a medida que se desarrolla el tema se va develando el proceso para ese perdón, aparentemente el funcionario religioso encargado de hacerlo deberá también “jalar de las orejas” antes de conceder la disculpa divina.

Pedir perdón es sinónimo de culpa, de sentirla y estar marcada por ella, como el mismo Papa lo mencionó. El Pontífice también reconoce (de alguna manera) las circunstancias que llevan a esa decisión, que con este “permiso”, nos confirma está en la absoluta condena con especial dedicación a la mujer.

No se puede hablar de aborto sin alborotar un avispero. Todos opinan, y lo dejo en masculino porque todos lo opinamos así, en masculino, sobretodo si se trata de condenarlo. Y si se trata de opiniones favorables, no se si me molesta más cuando un hombre argumenta su aprobación en escenarios de su entera inconveniencia, es decir, un aborto es oportuno cuando a él no le conviene ese embarazo.

Las discusiones coloquiales alrededor del aborto generalmente terminan en discusiones viscerales de mutua desaprobación de opiniones. Nos encanta vernos en aquella posición magnánima papal de conceder perdón, de verificar y juzgar los escenarios en los que una decisión como ésta debería ser o no aceptada. Nos encanta apuntar con el dedo. Y nos encanta hacerlo porque somos machistas, somos patriarcales, y cuando pensamos y somos así, seguimos creyendo que el cuerpo femenino y lo que ocurre en ella es un asunto de actuación pública. Nótese que no digo discusión sino actuación, porque la violencia principalmente, se actúa.

Tal vez no logro expresar mi indignación adecuadamente, supongo que me meto en cosas de la iglesia que no me competen, de la misma manera que la iglesia se mete en cosas que no le incumben en lo absoluto. Me pregunto, ¿quién concederá el perdón, si no se lo concedieron ya y sin esperar al Jubileo, a los sacerdotes que provocaron abortos mientras los condenaban en el púlpito? ¿perdonarán y le retirarán la excomulgación a la niña brasileña que abortó, a su madre que la apoyó y a los médicos que se lo practicaron, con una autorización judicial, por ser violada por su padrastro?¿La iglesia condenará la violación de esa niña y excomulgará a ese agresor? ¿Concederán el perdón y ascenderán a los cielos a las mujeres que murieron abortando en lugares clandestinos?¿Pedirán la excarcelación de la mujeres que se arriesgaron a abortar?

Con todo esto, ¿quién debe perdonar a quién? Porque no me suena a ningún adelanto el anunciado perdón, cuando es una sociedad altamente violenta con las mujeres la que provoca estas muertes injustas (para el feto y para las madres que mueren en estos procesos) y es esa misma sociedad hipócrita la que condena, marca y que ahora ofrece disculpar, me pregunto yo, ¿llegará un momento en que aquella sociedad pida disculpas?

Ocho horas con la familia

viendo la horaUna reflexión que ronda mi cabeza desde hace tiempo y que decido plasmarla a propósito del 1º de mayo, día internacional del trabajo, y es la consigna más conocida de este proceso, las ocho horas laborables. La demanda tenía una explicación más que lógica: divide en tres partes iguales las 24 horas del día, las cuales estarían destinadas al trabajo, al descanso y a la familia. Esta última es la que me preocupa, ¿realmente les dedicamos ocho horas a la familia?.

Como madre respondo anticipadamente que NO, que apenas si podemos darles ese tiempo y es que la lógica de nuestra cotidianidad, a la que parecemos tan acostumbrados que ni la cuestionamos, nos arrebató hace mucho tiempo la oportunidad de disfrutar de nuestras familias, y con la masificación de la tecnología el trabajo muchas veces invade nuestros hogares reduciendo aún más ese horario. Si lo mártires de Chicago vivieran hoy en día, verían que esa es una consigna incumplida.

Recapitulemos nuestras rutinas y fácilmente nos topamos con una triste realidad. Si nuestros hijos están en edad escolar su ingreso es a la 07h00, horario insano, torturador e ilógico. Luego nos quejamos por problemas de mal nutrición infantil y desapego a los padres. Se me ocurre pensar a mi ¿nos evitaríamos ese problema con retrasar un par de horas ese ingreso, así nos permitirían, solo tal vez, desayunar con nuestros hijos? Las enfermedades de tipo respiratorio son cada vez más frecuentes y ¿cómo no? Si nuestros pequeños y pequeñas desde los cinco años, incluso antes, deben abordar un bus entre 05h30 y 06h00, muchas veces cuando todavía no aclara el día y el frío, al menos en la capital, es espantoso.

Recuerdo a alguna Ministra de Educación proponer retrasar el horario de ingreso y más de un medio de comunicación la tildó de fomentar la vaguería, de igual manera se escucharon argumentos como el tráfico, para impedir que ese horario se retrasara. El bien de los conductores por encima del de la niñez.

Nuestros horarios de trabajo, ocho horas en efecto, nueve considerando que el almuerzo lo hacemos en una hora en, o cerca del lugar de trabajo, es decir, no compartimos eso con nuestros hijos e hijas. Mientras ellos y ellas muchas veces ya llegaron a los hogares donde serán recibidos por una empleada o en el mejor de los casos un familiar de confianza. ¡Gracias a Dios por las abuelas!. Si ese no es el escenario, tal vez asista a un centro para tareas dirigidas, porque las madres debemos estar hasta las cinco de la tarde en nuestras oficinas si o si, es decir no podemos compartir ese tiempo.

Ahora contemos el tiempo que nos lleva trasladarnos hasta nuestros sitios laborales, suelen ser hasta dos horas, ya no pensemos en hijos e hijas en edad escolar, sino en bebés, debemos despedirnos para volver a verlos en 11 horas, a eso se extendió nuestra jornada laboral.

El tiempo que nos queda está dedicado al cuidado general: cambio de pañales, ropa, preparación para el día siguiente, revisión de tareas, regaños por las mismas, algún programa de televisión para relajar el día, pero nunca, nunca hay esas ocho horas y tampoco estarán dedicadas enteramente a la familia.

Luego creemos que el feminismo, los condones y los grupos GLBTI atropellan a la familia, cuando son nuestras propias rutinas convenientemente aceptadas las que nos han alejado de esta. He mostrado algunos pequeños casos, pero siempre es posible que eso sea peor. Madres que se la tienen que arreglar solas y que el “digno” sueldo mínimo pretenden que alcance. Padres que deben tener más de un trabajo para dar algo mejor, o simplemente lo mínimo, y que llegan a la casa sin que sus hijos logren reconocerlo. Luego nos preguntamos por qué la juventud está como está, sea lo que sea que motivare esa pregunta, pero es que simplemente no nos lo cuestionamos y eso es lo primero que deberíamos hacer.

Biopic hollywoodense: La humanización estandarizada de los héroes

Impresiones del trailer de la película “Cantinflas”

pantallazo del trailer de "Cantinflas" visto en Youtube

pantallazo del trailer de «Cantinflas» visto en Youtube

La historia de vida de un personaje y de la persona atrás de este, son interesantes por la forma en que se cuentan, más allá de los hechos y circunstancias que podrían hacerla interesante por sí sola. Es común que en la maquinaria fílmica de Hollywood tome la vida de un personaje y lo lleve a la gran pantalla. Pero ¿qué pasa cuando de repente la historia parece repetirse una y otra vez, aunque el personaje no sea el mismo? La respuesta lógica está en la narración.

 

La narración es el arte de contar y se aplica además, a todas las artes porque cada una es una forma distinta de narrar. En el caso del cine holliwoodense comercial, la forma de contar las vidas de los personajes tiene una estructura demasiado evidente, y en esta ocasión, temo que le llegó el turno al personaje de Cantinflas.

 

En ocasiones anteriores hemos visto biopics como el de Edith Piaf , interpretada por Marion Cottilard en “La vida en rosa”, que es también el título de la canción más famosa de la intérprete francesa. Otro biopic que me salta a la mente es “Ray” sobre la vida del músico de jazz y gospel, Ray Charles, interpretado por Jamie Fox. En ambos casos les mereció la nominación al Oscar y en el caso de Cottilard, fue galardonada.

 

En ambos casos se puede apreciar la misma estructura de narración: la persona pobre, o con muchas dificultades económicas, sociales y hasta físicas, un mecenas o impulsador de su carrera descubre su talento y lo lleva al éxito, este éxito está atravesado por los traumas infantiles de los personajes, de sus vicios y sus rabietas, que empiezan a denigrar su carrera y su persona. Mientras cae de su cima, el personaje tiene siempre una compañía incondicional y solo cuando está en el fondo del hoyo, logra salir de él con ayuda de este compañero o compañera, surge desde las ceniza, más maduro, tranquilo y hacer mejor música de la que hacía, aunque sin tanto público. ¿Le atiné?

 

Pues esa misma estructura se utiliza en el biopic de Jhony Cash en Jhon and June. Y temo, de nuevo, que ha llegado al personaje de Cantinflas. La película no se ha estrenado, pero es posible ver el trailer en Youtube, y no dejo de pensar que es una película muy gringa para un personaje tan mexicano y tan latinoamericano. Me dejó pensando si lo mismo habrán dicho los franceses sobre Edith Piaf.

 

Por supuesto el film tiene su enfoque, bien gringo por cierto, que es la única película que Mario Moreno “Cantinflas” hizo en hollywood, “Viaje al mundo en ochenta días”, en ese film en particular no interpreta al personaje que lo hizo famoso, sino a Passepartout. La película obtuvo cinco premios de las ocho nominaciones al Oscar, ninguno de estos por las actuaciones. La cuestión es que muy probablemente la película pretenda asumir que éste fue el mayor logro del actor mexicano, dejando de lado que la construcción misma del personaje Cantinflas es todo un logro.

 

Lo que ciertas personas consideran la edad de bronce de la era Cantinflas, refiriéndose al último período, donde el pelao mexicano se desdibuja para dar paso a un hombre más maduro, políticamente correcto, que busca la superación personal, incluso tiene un nombre y apellidos diferentes, en resumidas cuentas en un héroe que no deja de “cantinflear”. (Véase la gran diferencia entre “Ahí esta el detalle” y “El barrendero”)

 

Tengo entendido además, que esta interpretación hollywoodense de “Cantinflas” (a propósito, ese es el nombre de la película) se considera oficial, es decir la que la familia y deudos del actor autorizan. Por supuesto!, quien no!, es la narración que conmueve hasta las lágrimas y empatiza al público con el personaje.

 

No tengo mayor expectativas sobre la estructura narrativa del film, pero no puedo esperar a ver qué se dice de uno de mis personajes favoritos del cine de todos los tiempos, esperando además que sea yo la que me equivoque.

 

Terapia de Shock y derechos humanos

terapia de shock

 

por: Luisana Aguilar

Por el canal A&E (por la señal de DirecTV) se transmite el programa reality «Terapia de Shock», que se trata de un seleccionado grupo de adolescentes con problemas de conducta, la mayoría de ellos y ellas tienen problemas de ira, se pelean frecuentemente con otros de los suyos en sus escuelas, han robado, se drogan y son irrespetuosos con sus padres, van a un programa en el que les muestran la vida en las cárceles y donde son amenazados de terminar ahí si continúan por el camino que han escogido. A lo largo del «tv show» no parece que la producción, el canal y tal vez, ni los padres de estos jóvenes, se cuestionen el sistema de rehabilitación estadounidense, solo les interesa que después del gran susto, sus hijos compongan su comportamiento.

Los adolescentes sometidos a este programa tienen entre 13 y 17 años, en algunos casos van entre herman@s y amig@s, sus padres autorizan que un grupo de extraños entre guardias penitenciarios y reos, escogidos para este trabajo y a quienes les ofrecen informes de buen comportamiento, maltraten, insulten y quiebren emocionalmente a estos adolescentes.

Amenazas permanentes de violación sexual se escuchan en este programa y la idea constante de que ese es el bautizo de cada novato que llega la prisión, no importa si eres mujer, porque tus compañeras de celda también te abusarán. En el programa no dicen «hey, si llegas aquí te violan», dice «te estaré esperando, serás mi perra». En alguna ocasión una prisionera dejó bien en claro que no importa lo que suceda entre ellos, los guardias no moverán un dedo por ayudarte.

Definitivamente el programa es una espectacularización del sufrimiento, del castigo, como en tiempos de la inquisición, la exhibición pública pretendía corregir la sociedad a gusto y placer del poder. El programa te confirma muchas cosas que desde derechos humanos se denuncian:

  • La cárcel es de la gente pobre: Los rostros de las personas privadas de la libertad son rostros de pobreza. Chicanos o de origen latino, negros y si entre las excepciones hay caucasicos provienen de sectores empobrecidos y muy violentos.
  • El modelo de rehabilitación castiga, no rehabilita: En ningún breve momento del programa se les pasa por el discurso pensar que estas personas independientemente del delito que les llevó allá, son seres humanos. Tampoco de que el lugar en el que están se supone busca rehabilitar. Al parecer eso no está en la mente de la sociedad norteamericana, el plan es el castigo, y el castigo al cuerpo, a la identidad, porque a pesar de la estricta asepsia (o tal vez por eso mismo) la violencia es la norma y no la excepción. Respecto a la identidad es clarísimo, apenas los adolescentes entran en contacto con los detenidos, estos les dice: «aquí no eres nadie, aquí eres un número» y cuando se identifican es el número el que deben recitar.
  • No cuestionan la espiral de violencia: En a introducción del programa se pueden escuchar a los adolescentes contar con satisfacción de sus hazañas, uno que otro dan pistas de lo que motiva su excesiva agresividad o desde cuando empezaron a comportarse de esa manera. En contraparte los preocupados padres de que sus hijos terminen un día de estos en la cárcel, no saben que hacer con ell@s, «han intentado todo», así que toman la decisión de darles una lección. La espiral de violencia es evidente a ojo observador y al oído atento.
  • Espectacularización y normalización de la violencia: Desde el momento en que los adolescentes entran a la prisión los guardias les gritan con la intención de eliminar todo tipo de respuesta no deseada, las ùnicas palabras que se permiten son «si, señor/a». Lloran, y cómo no hacerlo después de que te insultan constantemente. Al final de una manera más amigable pero todavía violenta, son obligadas a comprometerse a cambiar para no teminar en ese lugar. El programa es altamente violento, y se basa en la afirmación de que una cucharada de la propia medicina, calmará el ritmo de vida de estos muchachos y muchachas. Al final muestran los cambios, algunos no lo logran y en efecto terminan asistiendo a correccionales. Es decir, un poco de violencia puede calmar la violencia ¿es esto cierto?

 

Para mi está muy claro que entrar en conflico con la ley en EEUU y ser pobre, es un razón para castigarte de por vida, sin importar que esa violencia y que las razones por las que llegaste hasta ese lugar, están en el mismo sistema económico social de ese país. Es una sociedad violenta que se alimenta de este tipo de programas y se ensalza creyendo que ha hecho bien las cosas. Los períodos de penas que cumplen las personas que aparecen en el programa es algo más que llama la atención, casi todas son de 15 años a cadena perpetua, no tienen muchas posibilidades de salir y cuando salen, son mayores las posibilidades de que vuelvan. Es el programa de la ira.

No daré recomendación alguna de si ver o no ese pograma, es cuestión de cada quien, pero espero que si se animan a verlo, al menos lo hagan con un ojo cuestionador.

West Side Story en Ecuador: Un espectáculo para público conocedor

por: Luisana Aguilar

cartel oficial

Cartel oficial del Teatro Sucre

Uno de los musicales más importantes de la historia de Broadway fue adaptado para las tablas del Teatro Sucre, un trabajo muy bien elaborado: ejecuciones coreográficas impecables, escenario bien ambientado, actuaciones destacadas, voces entregadas, entre otras muchas otras cualidades de la obra, solo tiene un pero: la obra es bilingüe, esto no la desmerece, pero un público sin mucho conocimiento de inglés se vería obligado a observar los subtítulos proyectados en la parte superior del escenario durante las canciones, y dependiendo de la ubicación del espectador, podría evitar que disfrute plenamente de la obra.

“West Side Story” es una adaptación del clásico shakespiriano “Romeo y Julieta”, ambientado en el Manhatan de mediados de los años 50′, en vez de familias, son pandillas las que se enfrentan por xenofobia,  “Los Jets” formada por norteamericanos y liderada por Riff, se enfrentan frecuentemente con los “Sharks” conformada por migrantes puertoriqueños y liderada por Bernardo. La pareja protagonista Tony y María, tratan de continuar su relación a pesar de que él es uno de los Jets y ella es hermana de Bernardo.

El personaje más destacado de la obra, o al menos la actuación más destacada de la adaptación ecuatoriana es Anita, novia de Bernardo, el equivalente a la nana de Julieta. Anita es un personaje por sí solo, no discute las rivalidades xenófobas, pero ayuda a María en su relación con Tony, al mismo tiempo celebra su residencia en América, en rechazo a la vida de necesidades que llevaba en Puerto Rico.

La canción insigne de la obra, que representa también el momento cumbre, previo al giro dramático, es la ejecución de “América”, una de las mujeres puertorriqueñas desea regresar a país natal, pero Anita, con su imponente personalidad,  une al resto de mujeres para demostrar por qué están mejor en América, la ejecución de esta coreografía en la adaptación ecuatoriana es simplemente brillante. La canción “Tonigth” está presente en toda la obra, los personajes saben las tres noches en la que se desarrolla la trama cambiarán el resto de sus vidas, como en efecto ocurre.

Previo a que los telones subieran en el ensayo pregeneral con público al que asistí, advirtieron que talvez los actores deseen conservar sus voces para las jornadas de funciones. Esto podría explicar que en breves momentos la voz de Tony opacara a la de María. De igual manera que solo se evidenciara sangre en el ataque de la primera escena y no en las muertes de Riff y Bernardo, aunque eso también se puede explicar por logística del vestuario.

El trabajo de tramoya fue también bastante destacable, no redundan detalles, al contrario era un escenario sencillo y manipulable que ubicaba con éxito los diferentes escenarios con dos paredes móviles y reversibles, además de los cuatro andamios con escaleras de fondo, donde permanecían el elenco congelado en varios momentos de la obra. Pero una escena que se desarrolla en un lugar totalmente diferente, descienden láminas y rejillas para entregar exitosamente, la idea de estar debajo de un puente.

En conclusión es una obra que merece ser vista y disfrutada, si lo hace y no entiende demasiado el inglés, es recomendable adquirir boletos de palco para no perder de vista la obra y la traducción, porque hacer esto en las primeras filas puede resultar cansado, si no es posible adquirir esa localidad, igual se va a entretener bastante. La obra se presentará desde el 26 al 28 de julio a las 19h30, las entradas se pueden adquirir en las boleterías del Teatro Sucre.

Más información:
http://www.teatrosucre.org/nosotros/nuestros-ensambles/1033.html

Cinema Paradiso: La mágica historia de una amistad

Imagen

Por segunda ocasión he visto Cinema Paradiso, y me ha causado las mismas sensaciones de la primera vez que me topé con esa joya cinematográfica.

El film italiano de 1988, ambientado en la década de los 50′ en la Sicilia de la posguerra. Es la historia de Salvatore (Toto), un afamado director de cine que recuerda su infancia y adolescencia en su pueblo natal, mientras aprendía a manipular la máquina de proyección del Cinema Paradiso, bajo la tutela de Alfredo, a cuyo sepelio regresa Salvatore a Sicilia.

El director Giuseppe Tornatore, hace una narración mágica, y a la vez muy realista, de la amistad entre un hombre y un niño, con la historia del cine como hilo conductor y el contexto de la posguerra como ambiente. El personaje de Toto, es el de un niño de ochos años, curioso, picaresco e irreverente, que hace de sacristán en las misas y vive con escasos recursos junto a su madre y su pequeña hermana, pregunta por su padre que no ha regresado aunque acabó la guerra.

La curiosidad de Toto le permitió observar algo que al resto del pueblo se lo tenían prohibido por el sacerdore de la Iglesia, los besos en las películas. Toto ayuda a Alfredo a obtener su título de primaria y entonces se convirtió en su pupilo.

Después de un fatal incendio en el cinema, Alfredo queda incapacitado para continuar operando el proyector y Toto queda a cargo en el Nuevo Cinema Paradiso, donde ya no se aplicaba la censura a los besos, la audiencia recibe esto con un extendido y sonoro aplauso. Toto desempeña ese trabajo durante toda su adolescencia, cuando conoce a Helena, un joven muy bella con quien establece una relación sentimental, sin embargo no logran sostenerla porque la familia de ésta se mudan de la ciudad.

Toto es llamado a realizar el servicio militar, a su regreso sostiene una conversación con Alfredo quien le dice que se marche de la ciudad y realice sus sueños. Cuando Toto se despide de Alfredo, este le señala categóricamente que no vuelva, que no escriba y si lo hace que no lo vaya a visitar. Treita años después, la pareja en turno de Salvatore le da el mensaje de su madre, Alfredo ha muerto y al día siguiente será el sepelio.

Contra toda expectativa Salvatore se presenta, durante la prosesión va reconociendo los rostros envejecidos de todos aquellos personajes de su juventud, en el camino también se topa con las ruinas del Cinema Paradiso, le informan que será demolido para hacer un estacionamiento. Presencian la demolición. Salvatore recibe de la esposa de Alfredo algunas cosas que dejó para él.

Tiempo después Salvatore está en una sala de cine y observa una película contínua de todos los besos que Alfredo estaba obligado a cortar de las películas, sus ojos tienen el mismo brillo que  cuando niño miraba los besos desde atrá de una cortina, en esta ocasión sus ojos también se humedecen.

El film está muy bien estructurado en su guión, posee un lenguaje muy coloquial y en pequeñas escenas y en personajes clave, denota los conflictos sociales y políticos en los que está envuelto el mundo de Toto y Alfredo, las expresiones italianas, el maltrato infantil muy naturalizado, aversión al comunismo, lucha de clases, el analfabetismo, la pobreza y el desarrollo tecnológico convergen en esta obra.

La ubicación temporal es sencilla pero muy concreta, la elipsis en las manos de Alfredo tocando el rostro de Toto, para mostrar el paso de niñez a la adolescencia. La fila de muchachos, antes niños, masturbándose en el cine, los autos, las películas que se proyectan son otra referencia temporal, además del envejecimiento de los personajes.

Pero no estaría completa sin la exquisita composición musical de Ennio Morricone, músico galardonado en varias ocasiones, por agregarle aquel sentimiento que la composición de imágenes por si sola no puede. Love Theme

Cinema Paradiso es de aquellos films que vale la pena ver una y otra vez, contiene una magia contagiosa, muy estética, hilarante y emotiva a la vez.